Cabezote

Con frecuencia tiende a identificarse la escritura fragmentaria como una manera, ¿un tic?, posmoderna, alusiva quizás a la imposibilidad de abarcarlo todo. Puede que sea así, pero, en todo caso, el fragmento comienza por identificarse como una lectura legítima de textos (clásicos griegos y latinos) que no sobrevivieron completos. También como una fórmula al servicio de la pedagogía y la escasez de papel, el aforismo, ejemplo de síntesis y reivindicación de la mnemotecnia. Escritura fragmentaria, en este caso fundadora de la literatura francesa, la de Jean de La Bruyère (1645-1696), en especial Los caracteres, un libro que echa sus raíces en Teofrasto y que tuvo sucesivas ediciones en vida del autor, que cada vez le agregaba nuevos fragmentos. Heredero de Montaigne y de Rabelais, compañero de siglo de Saint-Simon, de La Fontaine, de Pascal y de La Rochefoucauld, mereció elogios desmedidos de todos los grandes de las letras francesas que le sucedieron como Flaubert, como Renard, como Gide, como Voltaire que se refirió a él así: un estilo rápido, expresiones pintorescas, un empleo enteramente nuevo de la lengua&.

Caracteres

Los caracteres.

Una muy elogiada traducción española de Consuelo Berges, aparece por fin completa gracias a la española Hermida Editores. La Bruyère decía que lo que yo he querido escribir no son máximas. Pero le salían. Y el libro está integrado por fragmentos de muy entretenida lectura, donde a veces brotan frases con vocación de aforismos. En cierto modo, también, un libro fundacional sin pretensiones de ser el Cristóbal Colón de nada: Desde hace veinte años se escribe regularmente; se es esclavo de la construcción; se ha enriquecido la lengua con nuevas palabras, sacudido el yugo del latinismo y reducido el estilo a la frase puramente francesa. Y más adelante: No hace todavía un siglo que un libro francés era un cierto número de páginas latinas donde aparecieron algunas líneas o palabras en nuestra lengua.

Algunos fragmentos de Los caracteres.

-Todo está dicho ya, y hemos llegado demasiado tarde al cabo de siete mil años que el hombre existe y piensa.

-Hay ciertas cosas en las cuales resulta insoportable la mediocridad: la poesía, la música, la pintura, el discurso público.

-El placer de la crítica nos priva de la emoción de muy bellas cosas.

-¿A qué se debe que en el teatro la gente se ría tan libremente y se avergüence de llorar? ¿Es menos natural conmoverse ante lo triste que reírse a carcajadas ante lo ridículo?.

-Una persona decente se resarce de la aplicación que pone en su deber con el placer que siente en hacerlo, y prescinde de los elogios, la estimación o el reconocimiento que a veces le faltan.

-La modestia es al mérito lo que las sombras a las figuras de un cuadro: le dan fuerza y relieve.

-Si es corriente que nos conmuevan las cosas raras, ¿por qué nos conmueve tan poco la virtud?.

-De la historia de Sócrates suprimen que bailó.

-La mojigatería es una imitación de la sensatez.

-A las mujeres les cuesta poco decir lo que no sienten; a los hombres les cuesta menos todavía decir lo que sienten.

-Un hombre puede engañar a una mujer con un fingido interés, con tal de que no tenga otro verdadero.

-Hay un gozo en la pura amistad al que no pueden llegar los que han nacido mediocres.

-El tiempo, que fortifica las amistades, debilita el amor.

-Amar es una debilidad; curarse del amor suele ser otra debilidad.

-No hay vicio que no se parezca algo a alguna virtud y que no se sirva de ella.

-No hay en el mundo exceso más hermoso que el de la gratitud.

-Ser inoportuno es el papel del tonto, un hombre discreto se da cuenta si es grato o si aburre; sabe desaparecer en el momento que precede a aquel en que estaría de más en algún sitio.

-Estar infatuado de sí mismo y profundamente convencido de que se tiene mucho talento, es un accidente que sólo suele ocurrirle al que no tiene ninguno o muy poco.

-La cortesía no siempre nace de la bondad, de la equidad, de la complacencia, de la gratitud; pero al menos las aparenta y presenta al hombre por fuera como debería ser por dentro.

-Pocas familias ganan cuando se profundiza en ellas.

-Cuando se observa atentamente quiénes son las personas incapaces de alabar, las que censuran siempre, las que no están contentas de nadie, se reconoce en ellas precisamente a aquéllos de quienes nadie está contento.

-No es posible ir muy lejos en la amistad si no se está dispuesto a perdonarse mutuamente los pequeños defectos.

-El discreto suele evitar la sociedad por miedo de aburrirse.

-Nada hace comprender mejor lo poco que Dios estima las riquezas, el dinero y otros grandes bienes de fortuna y posición, que el considerar la clase de hombres a quienes se los concede.

-Si se divide la existencia de los políticos en dos partes iguales, la primera, viva y activa, está dedicada a mortificar al pueblo y la segunda, vecina de la muerte, a denunciarse y arruinarse los unos a los otros.

-Los que sacrifican a un chiste la reputación o el interés ajenos, merecerían una pena infamante.

-Todo nuestro mal proviene de no poder estar solos.

-Rara vez hay que arrepentirse de hablar poco.

-¡Cuánto arte hace falta para llegar a la naturalidad!.

Postales de Frank Báez.

Frank Báez es un poeta que ganó en 2009 el premio nacional de poesía de su país, República Dominicana, con el libro Postales. Con el tiempo, han aparecido ediciones en Argentina, Costa Rica, Puerto Rico, España, República Dominicana y Nicaragua, y en todas partes el libro ha sido recibido reconociendo en Báez a una de las voces más originales y firmes de la joven poesía latinoamericana. La colección Otramina de la Universidad Eafit acaba de publicar la edición colombiana de este libro.

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La ñapa.

A continuación, un poema de Frank Báez, tomado de Postales.

DESPUÉS DE DOS MESES SIN ESCRIBIR POESÍA

Un día de estos serás un cadáver
y no podrás escribir más poemas
pero mientras tanto siéntate y espera,
escribe y espera y escribe pensando
que este es el último poema.
Robert Frost cuenta del camino que tomó en un poema,
sabiendo que todos los senderos conducen al mismo bosque
y que en este caso el bosque es la metáfora de la muerte
a la que nos dirigimos como Hansel y Gretel
dejando migas de pan para volver a casa
así los poetas dejan sus poemas
aunque los pájaros se coman las migas de pan
y los editores ya no publiquen poetas.

Frank Báez


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