El editor es Debate y el subtítulo reza Una revolución en la cultura . Siempre me he preguntado cuáles de los hechos que los medios convierten en noticias serán olvidados como parte del detritus que el tiempo produce y cuáles otros se convertirán en materia de estudio para los historiadores. Este libro se refiere a acontecimientos que conocí como noticia, que viví entre mis 13 y mis 23 años. Y la confrontación entre mi recuerdo factual y el recuento de lo relevante y las interpretaciones que merece por parte de Álvaro Tirado Mejía a su vez, testigo e historiador, me llevan a expresar la admiración que me produjo la lectura de esta formidable síntesis, esta visión holística. Detesto la palabra holística. Además no expresa lo que quiero decir. Y es un tic. Digamos que la visión de Tirado es panorámica pero con acercamientos a los detalles que dan el color y producen las diferencias. Aunque centrada en Colombia, la lectura de Tirado se inscribe en lo que pasaba en el mundo; él mismo dice que estábamos en los inicios de la aldea global.
Con el trasfondo de la guerra fría y de la revolución cubana, con los primeros hervores de las revoluciones sexuales, en medio del torbellino universitario que rebota de París a México y a Bogotá, con Vietnam y el rock, con el nadaísmo y el pop, con el teatro político y la profesionalización de la sociología, la economía y la historia y apenas enumero algunos de los ingredientes nacen nuevas tendencias históricas, algunas se modifican y mueren otras. Álvaro Tirado ha escrito un libro excelente y de muy fluida lectura.
César Aira.–
En la solapa de Margarita (un recuerdo) (Mansalva), hay una lista de 84 libros de César Aira. Un juicio desprevenido, y falso, concluiría que se trata de un escritor muy prolífico. Y no es así. Son libros cortos, a veces cortísimos, de modo que la suma total de páginas escritas por Aira no es ostensiblemente superior a las de cualquier otro escritor de esta época. Lo cierto es que se trata de un escritor único, que ve la realidad desde su propio punto, que posee una prosa envolvente que mezcla la narración con la reflexión de un modo casi imperceptible para el lector que se deje hipnotizar por su finura. Si me preguntaran cuál será el escritor latinoamericano actual que se hará cada vez más notorio por su gran talento, no dudaría en decir que ése es César Aira.
Margarita (un recuerdo).–
En poco más de cien páginas Aira toma un tema poco aireano, la historia de un primer amor. La forma como está contado tiene todos los visos de la autobiografía. Los hechos suceden en Pringles (la tierra natal del argentino) en una época que corresponde a la adolescencia del propio escritor. Uno ya ha pasado más de la tercera parte de las páginas y el relato se ha limitado al momento en que el joven pueblerino, recién graduado bachiller, se apresta a irse a vivir a Buenos Aires. Toda la familia está en vacaciones, la abuela, las tías, los tíos, los padres, los hermanos. Un clan familiar del que el narrador se distancia porque es solitario, es tímido y es un lector empedernido. Entonces aparece Margarita, una chica casi de su edad, y entonces el protagonista (¿el propio César Aira?) se enamora de Margarita. La historia es simple, en apariencia, pero el arte de Aira hace que uno no pueda parar desde la primera hasta la última página.
Una cita de Margarita (un recuerdo) de César Aira.–
Un matrimonio vivía en una casita al lado de las vías, y todas las noches a las tres de la mañana pasaba el tren con un tremendo ruido que hacía sacudir la casa y la cama donde ellos, habituados, seguían durmiendo profundamente. Hasta que una noche, por algún motivo, el tren no pasó. Y en ese momento, en el momento justo en que debía haber pasado, los dos que dormían se despertaron sobresaltados, exclamando ¡¿Qué fue eso?! .
Avisos y noticias
Sobre Egobody (FCE/Luna Libros) de Robert Redeker.- Comenta Sébastien Longhurst en la revista Arcadia: Egobody, el hombre nuevo, es hijo del siglo XX y enterró al hombre antiguo, el de cuerpo y alma que era temeroso del Diablo y del pecado, el que fue actor de la historia, forjado por las grandes ideologías e utopías políticas de Platón y Marx. Egobody es un cuerpo sin otra alma que su mente racional, educado en la cultura de la competencia absoluta, preparado para explotar su potencial al máximo y triunfar sobre todos los demás. Solo le teme a la vejez y a la muerte, a las que esconde tras una fe ciega en sus nuevos dioses: el deporte, la farmacopea estética, el sexo, el consumo y el entretenimiento .
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