diciembre-2015
Apuntes, d.j.a.
El hermano alemán de Chico Buarque (Literatura Random House).-
El hermano alemán es una novela autobiográfica. El protagonista, alter ego del autor, vive una vida bastante agitada. Los hechos que dan título al libro aluden al descubrimiento de una carta de 1930 en la que se cuenta de un hijo que tuvo su padre cuando fue corresponsal de diarios brasileños en Berlín. Buarque se dedica a buscar a ese hijo, su medio hermano, y… No voy a contar en qué termina esta historia que da no una sino dos vueltas de tuerca. Además la novela recrea los tiempos de la dictadura militar brasileña y cuenta algunas de sus travesuras adolescentes. Alude a su padre y a su madre, también, de modo que la existencia del hermano alemán sirve para contar muchas cosas de él y de su familia. Aquí se confirma que Chico Buarque, famoso como músico, es un excelente novelista, como ya lo había mostrado en Budapest y en Leche derramada.
Los malos, edición dirigida por Leila Guerriero (Universidad Diego Portales).-
Todos somos malos, pertenecemos a una especie que no puede evadirse de la moral, de las morales. Nos debatimos entre el bien y el mal. Somos mezcla, toda una gama que va desde el bueno bueno hasta el malo malo, extremos que se tocan, que se trocan, que se trucan. Hay los dueños del bien que se sienten autorizados para hacer todo el mal necesario para conservar el bien. Casi siempre, los dueños del bien terminan siendo los dueños de todos los bienes. En el otro extremo de los buenos buenos, después de pasar por los buenos malos, como Philip Marlowe el detective inventado por Raymond Chandler, y por los malos buenos, como Robin Hood, al final están los malos malos. Este libro trata de estos últimos. Cronistas de México, El Salvador, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Argentina y Brasil, escribieron crónicas por encargo de Leila Guerriero. Malos malos: asesinos en serie, torturadores, carceleros, encarcelados, verdugos, caníbales, descuartizadores, maestros de descuartizamiento. En fin, verdaderos monstruos.
Algunos de estos monstruos nunca reconocieron su culpa. Comenzando por el general Contreras, el jefe de la Dina, la policía política de Pinochet. Otros aceptan su responsabilidad como el paramilitar colombiano que mató a más de cien personas. No falta alguno que admite los hechos y además se jacta de ellos, los ve como necesarios, como conductas ajustadas a la moral. Alguno otro, que desapareció decenas de cadáveres, no parece sentir algo parecido a la culpa o el remordimiento. En definitiva hay malos de todos los colores y sabores, pero todos son recontramalos.
Ser un monstruo no significa que todos vean como monstruo al monstruo. Algunos hijos de monstruo no alcanzan a entender que se los vea como monstruos; para ellos, son padres amorosos.
El santo de César Aira (Literatura Random House)-.
Uno no sabe qué dirección tomarán los relatos de Aira, siempre llenos de reflexiones que limitan entre un humor metafísico y las paradojas más inteligentes. Aquí se trata de la historia, que trascurre en la Edad Media, de un santo famoso por sus milagros y que, por esos milagros, ha propiciado el surgimiento de toda una economía local en la aldea en donde queda su convento. Allí llegan los devotos a pedir milagros, de él viven los hosteleros, la aldea toda y el convento mismo. Pero un día, el santo decide abandonar el convento y regresar a morir a su aldea nativa, situada en Italia, basado en la creencia de remotos orígenes etruscos según la cual el que moría lejos de su tierra natal se quedaba entre los hombres, en forma de fantasma . Este propósito sería la ruina de su entorno y así empieza la historia que, cuando llega a la página final, la 140, el lector ha atravesado el Mediterráneo y ha llegado hasta el centro de África. En ese periplo hay piratería, jardines maravillosos, tráfico de esclavos, princesas enamoradas y muchas más cosas. César Aira es cada día mejor.
Dos citas de El santo de César Aira.-
- Casi todo en la vida se hace porque sí, sin una causa con la que se lo pueda justificar ante un extraño. En realidad no es que falten causas, sino que sobran, esas pequeñas causas entrecruzadas, motivos inmotivados, dentro del entramado de los hechos. Todo se decide ahí, donde mueren las palabras. La causa pesada e imperiosa viene a posteriori, cuando, como dije, se da la necesidad de explicarse ante un extraño .
- El santo por su parte siempre había desconfiado de la verdad. La encontraba útil para uso personal, pero cuando veía que empezaban a ponerla en el paradigma de las relaciones, se encendían todos sus cirios de alarma. La exigencia de verdad envenenaba las transacciones en la vida social, familiar y amorosa. Los que cedían a ella terminaban misántropos. Poliana era un ejemplo redomado de esta especie. Ponía la honestidad en el santuario de la comunicación .
María Gómez Lara, Contratono (Visor).-
María Gómez Lara posee todo lo necesario para escribir buenos poemas. Primero, tiene un taller impresionante, goza de sabiduría y de constancia. Y, segundo, lo más esencial, María atesora una vocación clarísima debida, también, a la evidencia abrumadora de lo más único, y muy notable en ella, el talento.
En Contratono hay una voz, una voz personal que emana de la conciencia del cuerpo, no tanto del corazón (que nunca se menciona en este libro), no de ninguna víscera, sino de las partes duras, aquellas que hacen ruido cuando se rompen, huesos, rodillas, cabeza, pies, talones, codos, dedos, manos, nudillos y, la envoltura, la piel. Aquí hay una ruptura. Las vísceras son abandonadas como referente; el cardiocentrismo poético desaparece y se sustituye por otras partes del cuerpo. Y todo lo hace manteniendo un altísimo nivel emocional.
Diccionadario
Las cosas no se pueden tratar como palabras pero las palabras sí se pueden tratar como cosas.
Tomado de Diccionadario (Editorial Pre-Textos):
Dagarto: reptil armado con un cuchillo.
Virafa: jirafa que da la vuelta.
Jifara: cuadrúpedo desordenado.
Mirafa: jirafa observadora.
Puerro: animal enemigo de los guatos.
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Feliz 2016.-
Nos despedimos hasta la segunda quincena de enero, cuando aparecerá el número 33 de Gozar Leyendo. Gracias a todos por la acogida; gerencia y edición, Catalina González Restrepo; envíos, redes, blog y correspondencia, Isabel Calderón Reyes; redactor, Darío Jaramillo Agudelo.