septiembre-2015, primera quincena

Apuntes, d.j.a.

Anna Bikont y Joanna Szczesna: Trastos, recuerdos, una biografía de Wislawa Szymborska (Pre-Textos).-

La Szymborska es una de las grandes poetas de una de las más potentes poesías del siglo XX, la poesía polaca. Premio Nobel en 1996, éste fue un reconocimiento justo a una mujer que escribía con lucidez, con transparencia y con una originalidad que provenía de su particular y emocionada visión del mundo y no de ganas de posar o de tomar actitudes. Original sin proponérselo, con naturalidad y belleza. Su biografía aumenta el afecto a la persona que ya sus lectores le teníamos a la poeta. Esta biografía es una proeza de investigación, pues es sabido que la poeta siempre fue absolutamente discreta sobre su vida personal y todavía más sobre la manera como escribía poesía y sobre los poemas mismos. Entonces las biógrafas recurrieron a testigos de su vida en una larguísima investigación que duró años y que culminó con este Trastos, recuerdos, un documento lleno además de fotos.

amisa narrativa contem.

¿Qué averigua el lector en Trastos, recuerdos?-

Cosas inesperadas, como su gusto por lo kitsch, tan ajeno a sus poemas, y su gusto por Vermeer, ese sí cercano a su poesía (mientras esa mujer del Rijksmuseum / en el silencio pintado y en calma la leche de la jarra al cuenco / vierta día tras día, / el Mundo no se merece / el fin del mundo). Sabemos de su afición a los limericks con los que jugueteaba todo el tiempo y a los simios de todos los tamaños. También sabemos que detestaba el ruido, no le disgustaban las películas de terror, visitaba con agrado los museos arqueológicos, no se imaginaba que alguien no tuviera en su biblioteca particular Los papeles póstumos del Club Pickwick de Dickens, adoraba a Montaigne y se deleitaba con el diario de Samuel Pepys; no le gustaba Napoleón, valoraba la pedantería, no creía que los proverbios fueran la riqueza de las naciones; la pequeña araña roja representaba para ella la quintaesencia del garbo y la elegancia, escribía medio recostada, admiraba los índices, las notas de pie de página, las citas, las referencias, las apostillas, los listados y las memorias; a veces iba a la ópera, mantenía una relación cálida con las aves, los perros, los gatos y la naturaleza en general, y se empeñaba en afirmar que somos hijos únicos del cosmos.

Ser comunista en tiempos de Stalin.-

Esta biografía aborda el momento más oscuro de la vida de la Szymborska, del que se arrepintió después todo el tiempo: haberse afiliado al partido comunista polaco en un momento en que esto significaba una aprobación explícita del estalinismo. El simpar Adam Zagajewski (futuro premio Nobel) dice que el hecho de que hubiera fallado en su juventud se convirtió para ella no sólo en una lección, como suele decirse sin atender a las verdaderas dimensiones del asunto, sino en una enseñanza enorme. Y así fue, ella mismo dijo que no considero aquellos años totalmente perdidos. Me dieron una resistencia ante cualquier tipo de doctrina que exime al hombre de la obligación de pensar por sí mismo. Sé lo que es ver sólo aquello que uno quiere ver, oír lo que quiere oír y acallar efectivamente todas las dudas.

La Szymborska como lectora.-

La poeta escribió reseñas de libros durante muchos años y en varias publicaciones, siempre con el título de Lecturas no obligatorias, que luego se reunieron en varios volúmenes. En uno de los prólogos escribió: El homo ludens baila, canta, adquiere poses, se disfraza, festeja y celebra ceremonias rebuscadas. No menosprecio la importancia de esos juegos (&) Son, no obstante, actividades colectivas sobre las cuales planea de forma medianamente perceptible un tufillo de entrenamiento militar. El homo ludens con un libro en la mano es libre. (&) Puede soltar una risita en un lugar no previsto para ello, o detenerse inesperadamente en unas palabras que recordará toda su vida. Finalmente le está permitido (y eso es algo que no podrá ofrecerle ningún juego) escuchar las disertaciones de Montaigne o bucear un instante por el Mesozoico.

Algunas citas de la Szymborska tomadas de Trastos, recuerdos.-

La Atlántida, tanto si existió como si no, no es muy beneficiosa. Es necesaria como ejercicio de la imaginación. Porque no vale la pena vivir despilfarrando toda la fantasía en temas prácticos.

El humor es el hermano menor de la seriedad.

El humor es la unión orgánica entre la tristeza y la risa.

El arte de hacer reír es un don infernalmente serio.

El humor es realmente la gran tristeza capaz de vislumbrar cosas graciosas.

Escribir sobre poesía no es mi pasión.

Para mí, hay algo irritante en la facilidad con que los poetas escriben sobre poesía.

Machado se me antoja un tesoro local, una grandeza inamovible, el secreto del paisaje español.

Prefiero lo ridículo de escribir poemas a lo ridículo de no escribirlos.

El amor es la preocupación por la persona amada.

Al fin me cansé de frecuentar los congresos de poetas. Un poeta, muy bien, dos poetas bien, pero cien poetas, es ridículo. Hace mucho que renuncié a participar en esa clase de eventos.

En nuestra época se habla decididamente demasiado.

Diccionadario

Si no hemos acabado de descubrir la realidad, ¿por qué pensar que el lenguaje está completo? Tomado de Diccionadario (Editorial Pre-Textos):

Inglesia: templo británico.
Esquisitofrénico: loco elegante.
Semenario: lugar lleno de semen.
Pepista: partidario de Pepa. De ahí el dicho: más pepista que Pepa.
Paparruchada: tonterías dichas por el papa.
Tiovivo: el tío que da vueltas sobre sí mismo.
Patibulario: el vocabulario de las patas.
Recuerdo: dos veces cuerdo.
Recurdo: dos veces borracho.
Convento: donde ventea mucho.


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